Los mayores estamos viviendo una etapa muy diferente a la que vivieron nuestros padres. Ya ni siquiera se nos llama viejos y, de llamarnos de ese modo, nos juzgamos insultados porque no nos sentimos viejos.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión