Beato Agustín Alcalá Henke

Agustín Alcalá Henke ya es beato de la Iglesia. El pasado 18 de noviembre se celebró en la Catedral de Sevilla la beatificación en una eucaristía presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos y enviado papal para este acontecimiento, el cuarto de este tipo que se celebra en Sevilla. Anteriormente, la capital hispalenese acogió las beatificaciones como la de sor Ángela de la Cruz. A la ceremonia acudió una amplia representación de Alcalá.

Junto al alcalareño, se beatificaron a otras 19 personas, entre ellas sacerdotes, seminarista y laicos, asesinados por «odio a la fe en 1936 en el contexto de la persecución religiosa que tuvo lugar en España en el siglo XX», según la Archidiócesis de Sevilla. Las beatificaciones se consuman tras «una exhaustiva investigación histórica y testimonial sobre el presunto martirio».

El abogado y empresario Agustín Alcalá Henke nació el 7 de junio de 1892 en Alcalá de Guadaíra. Fue el cuarto de un total de cinco hermanos. Estudió en el internado de los jesuitas de El Puerto de Santa María (Cádiz) y concluyó su Licenciatura en Derecho con 22 años en la Universidad de Sevilla. En 1915 defendió su Tesis Doctoral sobre la esclavitud de los negros en la América española. Fiel a su compromiso cristiano impulsó la doctrina social de la Iglesia en sus negocios familiares y en la política, resultando su personalidad y prestigio decisivos para el respaldo, ya en los años 30, de los planteamientos social-cristianos de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).

Su colaboración con la Iglesia no decayó cuando «arreció el laicismo extremo», sostiene la Iglesia. En la noche del 17 de julio de 1936, cuando acababa de entregar un donativo importante para los más necesitados, le dispararon muriendo unas horas más tarde. La Iglesia explica que «su compromiso social cristiano en momentos de radicalidad fue, a juicio de todos, la causa de su asesinato».

La carta apostólica

Tras el acto penitencial se desarrolló la beatificación. El arzobispo de Sevilla, acompañado del postulador de la Causa, fray Alfonso Ramírez, pidió que se procediera a «la beatificación de los siervos de Dios, hijos de esta Archidiócesis de Sevilla». A continuación, el postulador dio lectura a las circunstancias del martirio y, a su término, el cardenal Semeraro leyó la carta apostólica en la que el papa Francisco inscribe en el libro de los beatos a los siervos de Dios que dieron su vida en defensa de la fe. La liturgia fue seguida en las naves del templo metropolitano por más de dos mil quinientas personas.

La procesión con las reliquias de los nuevos beatos, introducidas en una arqueta del tesoro de la Catedral, fue portada por alumnos del Seminario Metropolitano y del Redemptoris Mater. Al respecto, se han podido recuperar las reliquias de ocho de los veinte mártires. De Agustín Alcalá Henke se ha rescatado el esternón.

Este momento coincidió con el descubrimiento de los dos tapices, a ambos lados del Altar del Jubileo, en el que se mostraron a los nuevos beatos. Estos tapices, como el cartel de la beatificación, son obra del pintor Juan Palomo Reina. El descubrimiento de los tapices estuvo acompañado por el aplauso de la asamblea y el repicar de las campanas de la Giralda.

«Una misión arriesgada»

En su homilía, el cardenal Semeraro comenzó aludiendo a una audiencia del Papa para decir que «los mártires son un ejemplo adicional de esa santidad martirial». Un martirio que se sitúa en el contexto de la persecución religiosa española del pasado siglo, y de la que el cardenal esbozó algunos pasajes en los que dieron sus vidas los nuevos beatos. «Venerar a los mártires y considerar su suerte y los sufrimientos sufridos por la coherencia cristiana incluso en la persecución, no debe distraernos ni apartarnos de reflexionar sobre nuestra condición cristiana», subrayó.

Antes de finalizar la ceremonia tomó la palabra el arzobispo de Sevilla, Saiz Meneses, agradeció al papa que haya inscrito a los mártires sevillanos en el elenco de los mejores hijos de la Iglesia». La fecha asignada a los nuevos beatos, al igual que al resto de mártires de la persecución religiosa en España, es el 6 de noviembre.

El papa Francisco, tras el rezo del Ángelus del domingo 19, dedicó unas palabras a esta beatificación. «Estos mártires dieron testimonio a Cristo hasta el final. Que su ejemplo reconforte a los muchos cristianos que en nuestro tiempo son discriminados por su fe» y concluyó pidiendo «un aplauso para los nuevos beatos», lo que despertó un gran júbilo entre los fieles de la Plaza San Pedro.

Misa en conmemoración del nuevo beato de la Iglesia, Agustín Alcalá Henke. Víctor Fernández

También el domingo se celebró una eucaristía en el Santuario de Nuestra Señora del Águila con ocasión de la beatificación de Agustín Alcalá Henke en acción de gracias y para conmemorar como «estos testigos nos estimulan con su ejemplo en el camino de la vida y nos ayudan a su intercesión».

Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.

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