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Los tres responsables de la asociación cannábica Guadaíra Green, ubicada en Alcalá, han sido condenados a tres años y un día de prisión, según informa Diario de Sevilla. La Justicia ha determinado que la marihuana que cultivaban no era para autoconsumo, sino para su distribución a terceros, lo que se considera tráfico de drogas. Durante la intervención policial en la finca, se incautaron más de once kilos de cannabis.
El caso fue juzgado en 2022 por el Juzgado de lo Penal número 15 de Sevilla. La magistrada a cargo del caso consideró demostrado que los acusados fundaron en diciembre de 2015 la asociación Guadaíra Green, supuestamente dedicada al cultivo y secado de marihuana en una finca de Alcalá de Guadaíra. Además, los tres acusados formaban parte de una asociación de gallos ubicada en la misma finca. La juez estableció que los tres se implicaban activamente en el cultivo de la droga. Uno de ellos era el presidente de la asociación, su hijo ocupaba el cargo de secretario, y el tercero ejercía de tesorero.
El 22 de mayo de 2016, la Policía Nacional llevó a cabo una inspección en la finca con el consentimiento de los residentes. Durante la operación, se encontraron varias plantas de marihuana, un saco de picadura de la misma sustancia y una caja con cogollos secos. El peso útil total de la droga incautada fue de 11,3 kilos, con una pureza de entre el 0,66% y el 0,87%.
Los acusados fueron condenados a tres años y un día de cárcel, además de una multa de 57.300 euros por un delito contra la salud pública, agravado por la cantidad de droga intervenida. Los tres presentaron un recurso ante la Audiencia de Sevilla, que ha sido desestimado, ratificando la condena impuesta por la juez de lo Penal.
Uno de los principales argumentos de la defensa fue que la marihuana estaba destinada al «autoconsumo compartido» entre los socios de la asociación. Sin embargo, la Audiencia desestimó este motivo, concluyendo que no se trataba de un club de autoconsumo, sino de una organización destinada a la distribución de marihuana a terceros, aunque estos fueran miembros de la asociación.
La Audiencia ha sentenciado que la asociación Guadaíra Green operaba fuera del marco legal y que su actividad promovía el consumo de estupefacientes, generando un riesgo de difusión no controlada de la sustancia, lo que constituye un delito de tráfico de drogas.