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El Museo inauguró el 7 de noviembre la exposición Esencial, de Rafael Cerdá. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 9 de diciembre, plantea un recorrido en el que la búsqueda de lo esencial es el hilo conductor, explorando la progresiva transición de Cerdá desde la figuración hasta la abstracción pura.
Desde que se estableció en Alcalá en 1989, Rafael Cerdá no solo ha contribuido con su obra, sino también a través de su labor como catedrático de Dibujo en el IES Albero, formando y transmitiendo su visión artística durante tres décadas. Cerdá se expresa en múltiples lenguajes: escultura, dibujo, obra gráfica, pintura e incluso creación digital, empleando técnicas variadas que incluyen la acuarela, el óleo y el acrílico. Su dominio del dibujo lo llevó a una expresividad en la figuración, pero su familiaridad con el color y las texturas le han permitido una transición hacia el arte abstracto.
Cada serie en su trayectoria responde a un lenguaje y técnica elegidos con precisión para comunicar aspectos universales o reflexiones. La obra de Cerdá destaca por el uso de series, una fórmula que le permite profundizar en cada detalle y matiz de lo que desea expresar. Los visitantes pueden explorar temas que han marcado su carrera, desde la crudeza de las pateras, donde denuncia la indiferencia ante la crisis migratoria, hasta los retratos y composiciones de Don Quijote, que le sirven para rescatar valores humanos y homenajear a maestros como Francis Bacon o Cézanne.
La exposición también muestra su enfoque en el paisaje, especialmente en los rincones naturales de las riberas del río Guadaíra, y sus paisajes urbanos, en los que los elementos modernos –acero, vidrio, hormigón– adquieren un protagonismo visual a través de contrastes de luces y planos. La exposición es una oportunidad única para conocer a fondo el enfoque de Rafael Cerdá, un artista comprometido con explorar cada matiz de su tiempo.