Se puede ser bueno —no robar, ni mentir, ni matar…—, bondadoso —ayudar a los vecinos, dar limosna a los emigrantes, a instituciones tipo Cáritas… e incluso votar en las elecciones políticas…—, pero sin intervenir activa y personalmente en ninguna acción para renovar las estructuras del país y trabajar para mejorarlo. A esta actitud, socialmente irresponsable, la llamo «angelismo», por imitar a esos míticos seres bellos e inmaculados… e incluso alados para estar por encima de los pecadores humanos. Son gentes que ayudan a los que caen… pero no intentan arreglar las causas de tantos desastres…

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