Desde el inicio de la legislatura, me he propuesto asistir al pleno de nuestro municipio. Lo que yo creía que era un ejercicio de democracia y transparencia ha resultado ser, más bien, un espectáculo teatral en el que todo está guionizado de antemano por parte del gobierno.
El primer motivo es evidente: según uno empieza a escuchar los temas que se debaten en el pleno, ya se da cuenta de que han sido tratados previamente en las comisiones, así que no se explayan en su explicación. Es decir, parece que lo que dicen es solo para consumo interno de los concejales, dejando al margen a los vecinos de Alcalá.
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