Los bancos de la calle Francisco Caltrava, junto al Centro de Educación Permanente Diamantino García, presentan bastante mal estado, siendo prácticamente imposible sentarse en ellos. Algunas de las tablas de madera, puestas sobre unos bloques de cemento, han desaparecido, por lo que no se pueden usar. Otras están totalmente levantadas por algunos de sus extremos. Estos tablones, además, están gastados por el sol y su textura es desagradable.
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