El edificio situado al final de la calle Alférez Franco Pineda y en la parte trasera de la Casa Ibarra, fue construido con objeto de albergar un centro cultural. Costó varios millones de pesetas (nuevo despilfarro). Fue ocupado por una familia durante algún tiempo. Sirvió de garito para delincuentes y drogadictos. Responsable: el equipo de gobierno del PSOE.
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