No contentos con cerrar uno ahora ya van por el segundo. El problema es que el primero estaba más que amortizado, era una obra fea, mal planificada, con un aparcamiento sin sentido porque se intentó aprovechar la planta baja y allí era complicado dejar el coche. Pero el segundo, ay madre el segundo, La Boquería de Barcelona en Alcalá, el espejo donde vendrían a mirarse los demás pueblos... Si aquí hubiera oposición lo primero que tendrían que hacer es pedir cuentas y que nos digan los de la transparencia cuánto ha costado el invento. ¿Dos, cinco, diez millones de euros? La gestión del Mercado de Abastos ha sido puro modelo socialista.
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