Mis cincuenta y nueve agostos alcalareños me han dado suficiente perspectiva para dos conclusiones: que (casi) siempre han sido horribles (como experiencia térmica) y que no me acostumbro (ni acostumbraré) a convivir con algo tan incivilizado como cuarenta y demasiados grados de horror. Reitero mi petición de una rotonda, una avenida… a nombre de W. H. Carrier, inventor del aire acondicionado.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión