El Cristóbal de Monroy se inauguró en una época en la que el franquismo silenciaba cualquier referente cultural que pudiera tener la sociedad. Sin embargo, los jóvenes de los 70 encontraron en el teatro del «Instituto» un espacio para canalizar sus inquietudes culturales, incluso políticas. «Nunca se puede separar lo que pasa en el salón de actos y en el Instituto de lo que está pasando políticamente en España. Es un observatorio perfecto para ver lo que pasa fuera», afirma el profesor Vicente Pérez Guerrero, que actualmente realiza una investigación sobre la etapa cultural más efervescente del Monroy.
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