La palabra feliz está en su vivencia, se le nota al hablar, al expresarse. La música es su pasión, la guitarra su acompañante. Paola Hermosín Pérez del Río, alcalareña de 26 años, hija del cantaor flamenco Antonio Hermosín, empezó yendo al colegio en las monjas de la calle Blanca de los Ríos, «allí fui feliz como una perdiz», comenta. Luego, «donde más feliz he sido es en el Conservatorio de Alcalá».
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