En contra de lo que decimos a los niños en el colegio para simplificarles las cosas, todas las palabras son abstractas, es decir, reúnen en un único concepto la variedad ilimitada de las cosas. Todos los fuegos, el fuego, dice el título de un relato de Julio Cortázar, quien en un poema nos advierte que el vocabulario está «lleno de compromisos con lo abstracto». De todas maneras, hay palabras, como árbol, que pueden designar realidades tangibles y otras que, como libertad, nos apuntan directamente a la cabeza, a nuestras ideas.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión