La Apella, asamblea, integrada por todos los mayores de 30 años con plenitud de derechos civiles, que habían seguido la educación y disciplina impuesta por las leyes y no habían incurrido en atimía, fue presidida al principio por los reyes y luego por los éforos, a quienes correspondía su convocación. Su jurisdicción era pura fantasía: oía las propuestas de la Gerousía, «decidía» la guerra o la paz, «elegía» a los gérontes, ancianos, éforos, magistrados, pero todo ello por aclamación, interpretable muy libremente por aquéllos.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión

Colaborar de La Voz de Alcalá desde los inicios del periódico. Catedrático de Instituto de Lengua Griega e Historiador de la Antigüedad.