Enrique Sánchez en la redacción del periódico el pasado verano. Francisco Amador
Enrique Sánchez en la redacción del periódico el pasado verano. Francisco Amador

Aunque ya conocía a Enrique, mi relación con él se afianza con el empeoramiento de la situación del periódico. Empecé a conocerlo de verdad en una situación complicada: salvar La Voz de Alcalá cuando parecía que no había solución. De aquella necesidad nació algo inesperado: una amistad profunda, un respeto sincero y un enorme cariño que siempre mantuvo hacia mí hasta el final. Incluso en la última conversación no perdió oportunidad de dejarme claro su respeto y aprecio. Enrique era cabezota, sí. Podía discutir durante horas si algo no le convencía, pero si estaba de acuerdo, su apoyo era incondicional. Enrique siempre era el primero en señalar un error. Si había una errata en el periódico, ya sabías que te lo diría cuando te viese. Esa honestidad lo definía, por eso trabajar con él era aprender cada día.

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Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...