Crecida del Guadaíra tras la últimas lluvias. Marina Ortiz

Las intensas precipitaciones que ha dejado la borrasca Jana han inundado los molinos de la ribera del Guadaíra; sin embargo, el río no ha llegado a desbordarse como ocurrió en octubre, cuando el agua cubrió los caminos del Parque Oromana. A su paso por Arahal, el Guadaíra alcanzó hasta los cuatro metros de altura, activándose una alerta roja por riesgo de desbordamiento.

En Alcalá, la situación no llegó a ser tan extrema. La Policía Local permaneció vigilando la crecida en el Puente de la Vega, un punto estratégico para predecir un posible desbordamiento en el casco urbano. La última crecida del río provocó el debilitamiento de algunas zonas inundadas, lo que conllevó días más tarde un importante desprendimiento en el Parque Oromana. Según fuentes municipales, se tendrá que redactar un proyecto para rehabilitar el camino.

Abastecimiento de agua

La red de embalses de Emasesa, que abastece a Alcalá, está al 84 % de su capacidad de agua embalsada, con 537 hectómetros cúbicos. Tres de los embalses se encuentran al 100 % de su capacidad: el de Melonares, el más grande de la provincia, Cala y El Gergal. Con un mes de febrero más seco de lo habitual, pese a las mínimas precipitaciones, las reservas han aumentado gracias a las escorrentías de las intensas lluvias que se registraron en enero y que se están repitiendo en marzo con la borrasca Jana. La situación contrasta con la del pasado año en estas fechas, en la que el agua embalsada no superaba el 47 %.

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