El Auditorio Riberas del Guadaíra, inaugurado en febrero de 2011 tras una inversión de 11,5 millones de euros, no tiene disponible para personas con discapacidad o movilidad reducida ninguna de las 920 butacas de las que dispone. Este hecho provocó que el pasado 29 de diciembre, justo antes de comenzar la obra La bella durmiente, Sara Jiménez, madre de una niña con síndrome de Down y una discapacidad visual grave, pasara por «un momento de lo más desagradable».
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