A menudo, tanto los medios como las redes sociales alimentan una visión ombliguista del mundo, donde las preocupaciones giran en torno al precio de las naranjas o a la pérdida de clientes del comercio de la esquina. Sin embargo, muchos problemas locales están estrechamente ligados a dinámicas globales. Vivimos en un mundo interconectado, y por ello es fundamental prestar atención a lo que ocurre en las grandes potencias y los mercados internacionales.
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