El 24 de junio de 2020, se presentó en el registro del Ayuntamiento, la propuesta de rotular como «Paseo Antonio Gavira Albarrán, ecologista», un tramo de la ribera del río Guadaíra. Se trata de reconocer el trabajo generoso de Antonio en estudiar, poner en valor y difundir nuestro patrimonio histórico y ambiental. Pero es también, pensarían nuestros gobernantes, reconocer de alguna manera la lucha sin cuartel de los ecologistas de Alcalá por el medio ambiente en general.
Hoy, cuatro años después, esta petición sigue durmiendo en algún cajón municipal…
La historia de Alcalá de Guadaíra recordará y sabrá valorar el lujazo asiático del que disfrutamos quienes saben valorar la importancia del medio ambiente con la Asociación Ecologista Awadi-ira. Siempre a contracorriente y al lado de las cosas importante de verdad para la gente. No tengo palabras para agradecer su existencia, el empeño tenaz y nivel de su gente. ¡Camino Antonio Gavira ya! Mierda de Ayuntamiento, ¡siempre igual!
Me llama la atención que a pesar de que ahora tienen un gobierno de Coalición con Andalucía por Sí, esto, de fondo, no cambia. Nuestros gobernantes han sido siempre gente de mentes estrechas, para quienes la política es un sueldo y poder, que jamás ha trabajado por el bien común, nunca se han emocionado con quienes han sido generosos con su compromiso, gente rencorosa que no le perdona Alwdi-ira su lucha durante decenios por la recuperación del Río y el cumplimiento del Programa Coordinado, su defensa de patrimonial histórico frente a sus barrabasadas, su luchas contra la contaminación atmosférica de Cementos del Atlántico su crítica constante a la especulación urbanística y la reducción de parques y arboleda… En mi opinión es un problema de odio a quienes han osado discutirle sus políticas, no pueden disimularlo…
Cómo muestra un botón: Charla coloquio presentación del libro La mujer aceitunera de mi amigo Joaquín Ordóñez y Manuela Pavón en salón de actos de casa de la cultura, lleno a rebosar (familiares y alumnas del centro adultos que habían trabajado en los almacenes de aceitunas y cuyos testimonios recogidos y grabados durante años sirvieron para hacer el libro) (Que por cierto tuvo que ser CCOO de Alcalá los que pusimos el dinero para su publicación mediante un préstamo que les hicimos y que devolvieron rápidamente porque el libro fue un éxito de ventas, y el Ayuntamiento al que primero fueron para pedirles que lo financiarán se había negado).
La Teniente de Alcalde, que, a pesar del desaire del Ayuntamiento, fue invitada al acto de presentación del libro, sostuvo que quitar el arco de beca de su emplazamiento (y llevarlo mutilado a un parque de Rabesa) era un acto de reconocimiento de las mujeres aceituneras que tuvieron que entrar por esa puerta durante años de explotación y opresión…) Joaquín Ordóñez (con la autenticidad y la inocencia que le caracteriza) dijo en su intervención que esa actuación del ayuntamiento era una barrabasadas, que con ese mismo criterio deberíamos quitar las pirámides de Egipto o demoler la Catedral de Sevilla que habían sido hechas con trabajo esclavos y/o en la mas absoluta precariedad de sus trabajadores…).
Ese año, la propuesta de los grupos municipales de la oposición quisieron que se les diera también a Manuela y a Joaquín el premio de Alcalareños del año por su libro. El S.O.E. solo consintió (y tragando saliva) que se les diera a las mujeres de la escuela de adultos cuyo testimonio lo hizo posible. No contaban con que hacían también absolutamente felices a los autores del libro viendo a sus alumnas en el salón de plenos del Ayuntamiento recibiendo el premio… No dan para más.