Sorprendentemente el día anterior Pilar Álvarez y yo estuvimos hablando de ella mientras paseábamos por la ribera del Guadaíra. Sin ser conscientes, le estábamos tributando un homenaje póstumo. Los tres fuimos alumnos suyos de Literatura y Teatro en el Instituto «Cristóbal de Monroy» entre 1983 y 1985. En aquellos años nos enseñó nuevas realidades… y a «jugar» al teatro.
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