Los clavazos son una nueva pandemia. En los bares y en los supermercados no hay cartel que anuncie medidas preventivas, como sí los había con el COVID. En esta pandemia de los precios, la clavada va sin previo aviso. Las estocadas al bolsillo no se ven venir de lejos. Motivos habrá miles, pero la inflación provocada por las guerras y la sequía son los más recurrentes. Las economías domésticas más modestas solo pueden acatar las normas del mercado y pagar, pasando por un aro cada vez más estrecho que asfixia a las familias.
La subida de los salarios no va en consonancia con el incremento de los precios. El Salario Mínimo Interprofesional debería subir todos los meses para que la población más vulnerable no se empobrezca, igual que las pensiones. Pero esto no es así ni lo será.

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.