Tras multar a los meones navideños, ahora la Policía Local ha comenzado a sancionar a los dueños de mascotas que no recogen los excrementos de sus perros cuando los sacan a pasear. Hace apenas diez años, era impensable ver a una persona con la bolsita y el pulverizador para disolver los malolientes orines. Pero, afortunadamente, la conciencia cívica ha cambiado y cada vez más son los dueños responsables que se han sumado a la tarea de limpiar los espacios públicos que ensucian. No obstante, quedan muchos guarros a los que educar para que la convivencia y la salubridad de las calles y plazas mejoren.
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