Editorial La Voz de Alcalá

Las trabajadoras de Ayuda a Domicilio están cansadas de la precariedad laboral a la que están sometidas por la empresa adjudicataria del servicio, Atende. Son muchas las reivindicaciones, todas ellas expuestas en la manifestación del pasado 3 julio. Exigen cuestiones muy razonables como poder vivir de su trabajo con jornadas completas, horarios adecuados, seguridad en el puesto de trabajo, reconocimiento de enfermedades profesionales y ser escuchadas ante cualquier problema que surja. Sin embargo, la mayoría de las trabajadoras se encuentran con jornadas parciales, horarios imposibles de cumplir, usuarios sin evaluación de riesgo actualizada, sin medios para un trabajo seguro como camas alzadas o grúas y medidas disciplinarias sin opción a defensa.

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