Editorial La Voz de Alcalá

La reforestación de Alcalá es necesaria. Se ha solicitado desde distintos ámbitos y desde hace mucho tiempo. Los partidos y grupos municipales de diversas posiciones ideológicas, los ecologistas que incluso han elaborado un informe, y la propia sociedad civil han puesto el punto de mira en esta cuestión en los últimos tiempos. También este periódico, a través de sus informaciones, reportajes y editoriales, ha incidido en la necesidad de cuidar lo que existe y ampliar las zonas verdes.

Las políticas arboricidas de los últimos delegados socialistas de Servicios Urbanos, como José Manuel Rodríguez y, especialmente, José Antonio Montero, unidas a la inacción de la Delegación de Medio Ambiente y de la alcaldesa en estos años, han convertido a Alcalá en un desierto sin masa arbórea en el núcleo urbano. Los alcorques vacíos por la falta de repoblación de ejemplares perdidos y la falta de cuidados han mermado el número de árboles. También el Monumento Natural de la Ribera del Guadaíra ha sufrido una gestión cuestionable.

Ahora, la Delegación de Medio Ambiente, tras varios anuncios y retrasos, ha comenzado a actuar plantando árboles en alcorques que estaban vacíos e incluso sellados. Cabe esperar que no sea una actuación para anunciar el cumplimiento del pacto de gobierno y que verdaderamente se sostenga en el tiempo, planteándose como una política de continuidad y no exclusivamente como una reacción a un grave problema generado por la incapacidad de gestión ambiental de los anteriores gobiernos.

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