- El Pleno de Alcalá aprueba el Presupuesto de 2025 con el voto en contra de la oposición
- El PP no apoyó la aprobación de los presupuestos 2025 por «no ser participativos»
La participación es un arma de doble filo. La sociedad alcalareña debe involucrarse en la toma de decisiones de su gobierno y este debe hacer partícipes a los vecinos de sus políticas. Esto es una acción que enriquece la democracia y las políticas públicas. Sin embargo, una fingida participación no puede ser el comodín para validar la acción de gobierno sin pasar por una negociación, porque participar no significa necesariamente negociar. Y esto precisamente es lo que está haciendo el gobierno local: dar una pátina de participación a todo lo que hace, aunque luego no se traduzca en modificaciones o incorporaciones a los proyectos. Se sustituye la negociación política con una supuesta participación ciudadana. Así, la oposición queda relegada y limitada en las posibilidades de hacer política, aunque esta no sea exclusivamente la razón que justifique la inacción de los grupos.
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