Editorial La Voz de Alcalá

El conflicto que se ha generado por la apertura de un tanatorio-crematorio en el polígono el Palmetillo en Alcalá, junto a barrios periféricos de Sevilla es una patata caliente que nadie quiere coger. Los vecinos conocieron demasiado tarde el proyecto, cuando las obras estaban avanzadas y no había vuelta. Solo han pasado unos meses desde que iniciaron las movilizaciones hasta que la empresa ha empezado a prestar servicio. El Ayuntamiento de Alcalá se lava las manos asegurando que el proyecto cumple con todos los requisitos. La Junta igualmente avaló su apertura con un informe favorable. Dos administraciones diferentes gestionadas por dos partidos políticos distintos. ¿Quién le dice a los vecinos que ese proyecto seguirá abierto hagan lo hagan? Ninguno parece hablar claro a los reclamantes. Lejos de esto, son usados como arma arrojadiza con fines políticos. El PP que gobierna el Ayuntamiento hispalense se comprometió a personarse en el expediente del Ayuntamiento de Alcalá, sin apuntar el tiro a la Junta, de su mismo color. El Grupo Socialista de Sevilla, incomprensiblemente en términos políticos, apoya una moción del PP en contra de los intereses de su partido en Alcalá para no enfrentarse a los vecinos. La delegación de Urbanismo de Alcalá da esperanza a los vecinos, según ellos mismos, reclamando a la Delegada Territorial de Salud de la Junta que revise la documentación aportada por la empresa promotora, pero a su vez se inadmite un recurso de los ecologistas en Alcalá para revisar de oficio. Los vecinos deben asumir la realidad y buscar otras vías y los políticos deben coger la patata caliente, aunque queme, para no perder el tiempo.

Deja un comentario