El río Guadaíra ha sido víctima de un nuevo vertido en su cauce. Los vecinos alertaron de la masa de espuma que bajaba con la corriente y la Delegación de Medio Ambiente lo puso en conocimiento del Seprona. Este episodio es uno más de los tantos que ocurren cada año. Sobre todo en tiempos de lluvia en los que el caudal arrastra con mayor velocidad los agentes contaminantes. Igual que todos los anteriores, este atentado medioambiental no tendrá consecuencias.

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