Paseaba el otro día por una zona próxima a la ribera del río Guadaíra con mi pareja. Era una tarde apacible para caminar. Continuamos andando durante un buen rato hasta que llegamos a la zona céntrica. Iniciamos la calle Agustín Alcalá, que conduce al Ayuntamiento de la localidad, cuando me percaté de las obras de nueva construcción que están realizando y, casi como un automatismo, un pensamiento sobrevoló mi cabeza: «¿Cuánto costará una vivienda en esta zona?».
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