Mañana no será un día cualquiera: dejarás, por fin la tiza y esa pizarra verde que ha servido de fondo a tus explicaciones durante tantos años. Abandonarás el aula, pero no cerrarás la puerta: de ti quedarán tus palabras, suspendidas en el aire. Y esos alumnos a los que ayudaste a salir de su «atolladero» y los encauzaste hacia un futuro más cierto, los que se han sacado el graduado, los que se examinaron del teórico o aquellos a los que animaste a seguir estudiando: el bachiller, un ciclo formativo...esos tienen la lección bien aprendida.
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