Después de todo lo vivido toca ahora relajarse en una playita cercana, Rota o Matalascañas, que está por las nubes el diésel. Debajo de la sombrilla, como antes, en familia, pondremos la nevera llena de botellines, tinto de verano, tortilla y filetes empanados. No están las cosas para tirar cohetes-ni misiles-.
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