Durante las pasadas manifestaciones religiosas en nuestra ciudad, donde la Semana Santa brilló por su ausencia seguida por otras demostraciones, pensé que el equipo de gobierno se levantaba por las mañanas agnóstico y laico y por las noches dormía como católico apostólico romano. Los gobernantes han asistido a oficios religiosos retratándose, incluida la oposición, delante de pasos, romerías y otras liturgias. Ni me han sorprendido ni me han dejado de sorprender, sino todo lo contrario. Lo que sí me ha sorprendido es la cantidad de subvenciones de dinero público que han recibido dichas confesiones religiosas, recibidas de un gobierno presumiblemente laico. Todo aceptado por dichas entidades con agrado y satisfacción.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión