Mi rechazo a ser nombrado alcalareño distinguido no proviene, de ninguna manera, del rencor, proviene principalmente de la memoria y recuerdos vividos desde la formación de los ayuntamientos democráticos hasta nuestros días. Ninguno de estos gobiernos me ha reconocido nada. Todo lo contrario: me han menospreciado, desconsiderado e ignorado. Todo ello, por enfrentarme, con pruebas, a los diversos equipos de gobierno.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión