Los herederos de Roald Dahl (autor, entre otras obras, de Charlie y la fábrica de chocolate, han decidido reeditar sus creaciones eliminando expresiones ofensivas como «feo» o «gordo». Un personaje dejará de ser «cajera de supermercado» para ser «científica de éxito». En los últimos años vivimos una creciente censura de las más diversas formas de expresión en nombre de la igualdad. Pero la lucha por la justicia debe menos a la prohibición y la imposición que a la educación y el pensamiento libre.
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