Tras 37 cursos amontonando experiencias, recuerdos, caras, vidas, trabajo, agradecimientos, sinsabores, frustraciones, victorias pírricas, esperanzas de trascendencia en vidas ajenas, afectos y rechazos, reputaciones buenas o malas, justas o injustas… puedo afirmar que me siento experimentado en esto de dedicarme a la enseñanza.
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