Lo que no muta, permanece. El haragán sigue bostezando en su sillón, la hormiga deslomándose de tanto trabajar, esperando el aliviado descanso invernal. En tanto que la irresponsable cigarra canta que canta, pensando: ¡Qué llega el invierno, la hormiga proveerá!
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión