Os traigo una historia susceptible de poner los pelos de punta. Es verídica y eso la hace más terrible. Me la ha contado una amiga, que pertenece a una ONG que actualmente trabaja en el Yemen. Ese país, bastante desconocido para nosotros, es un polvorín. Las noticias no se ocupan apenas de ese territorio sumido en una terrible guerra civil, salvo para informar de que atacan a los barcos occidentales que cruzan el golfo de Adén y el Mar Rojo en represalia por el genocidio de Palestina y por otras razones más oscuras que desconocemos. Los componentes de esa ONG se juegan la vida al tratar de ayudar a quienes sufren las consecuencias de esa barbaridad que está diezmando a su población, mientras el resto del mundo ni siquiera echa una ojeada.
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