Los funcionarios lo tenemos difícil a la hora de defendernos porque se considera que hemos gozado de «privilegios» durante muchos años. Es cierto, hemos sido unos afortunados. Podíamos acudir al médico cuando lo necesitábamos y se nos atendía muy bien. Asimismo, gozábamos de una atención hospitalaria más lujosa que la que procuraba la Seguridad Social. Vale, vale, pero para ser funcionarios quien más y quien menos tuvo que pasar por un filtro muy difícil: las oposiciones. Hubo quien se quemó las pestañas preparándolas y no siempre con la certeza de poder aprobarlas. Y hubo quien lo intentó durante un periodo a veces muy largo y penoso antes de conseguirlo…
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