Es el nombre de un tipo de castigo, una pena aflictiva. ¿Qué habremos hecho? El confinado es un condenado a vivir en un lugar en libertad, pero vigilado. En una isla, en una ciudad de frontera, en una montaña, en un bosque remoto..., o en una casa. Es quien sufre el confinamiento y el espacio acotado es el confín, donde su linde, el último término del espacio que le es dado como ¿libre?, está bajo el ojo de la Autoridad. El ojo que está en la cabeza que ha declarado la Alarma. Su cara no sabe ocultar lo muy alarmada que está por no saber del todo cuánto mando tiene para ser o no la Autoridad. Ahora ya no es importante lo que antes lo era tanto. Así que lo que se imponía como importante, ha dejado de serlo. Hoy mismo, ¿dónde está la brecha? Ahora sí que se han hecho evidentes las infinitas brechas que la Autoridad apartaba ayer mismo del catálogo de las oficiales.
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