«Yo no sé hacer pan malo», me decía en un reportaje publicado en ABC el último panadero que aún usaba leña para hacer sus inconfundibles molletes. Ahora Antonio Ordoñez se jubila. Un cartel de «Se traspasa» te hiela el corazón nada más entrar en su despacho. Se acabó una saga de panaderos a la antigua usanza, la de aquellos que hacían una miga en sus bollos que sabía a magdalenas. Los que te alegraban las mañanas con sus piezas variadas hechas de forma artesanal.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid