La etapa de juventud de los baby boomers y de parte de la Generación X alcalareña coincidió en nuestro pueblo con una época de esplendor de la cultura cuasi urbana, una cultura que se alimentaba de un alterne ágil y variado. Fue aquella nuestra particular «movida», la edad dorada de una primavera de la cerveza y el tocata alargada en mil noches de Buis y Copetes.
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