Que pretender aprobar unos presupuestos casi al filo de unas elecciones municipales, para intentar hacer cuatro arreglos que poder inaugurar antes de las citadas elecciones, y sin contar además con una mayoría suficiente, no se le ocurre ni al que asó la manteca. Pero, por lo visto, a doña Isabel Jiménez, sí. Se le ocurre, mire usted.
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